domingo, 18 de octubre de 2015

Aunque en realidad quiera sentirlo y no pueda.

No creo en el amor.
Creo en ti,
creo en mí.
Creía en ti,
creía en mí.

Y creo que lo más doloroso fue y es eso. Que en algún momento llegué a creer que de verdad valía, que de verdad podía. Que de verdad puedo. Que de verdad puedo poder. Pero no quiero. Lo siento.



Aunque en realidad quiera sentirlo y no pueda.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Sin título

No quiero ver arder al mundo,
quiero verte arder a ti,
a mí,
a nosotros.
Juntos o por separado,
desgraciadamente
sólo ardemos
cuando nos besamos.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Los poemas de una estrofa deberían llevar tu nombre.

Quiero acomodarme
en tu regazo,
en la convicción
de un futuro sin acomodo.

lunes, 14 de septiembre de 2015

De tópicos

Es verano y tengo frío.
Es verano y me faltas.
Llegará el invierno,
me seguirás faltando
y tendré más frío.
Ya no sé ni de qué sirven
las estaciones
- o todo en general -
si tú no estás conmigo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

The music was at the start

Tú eras el océano y yo no sabía nadar.
Tú eras el cielo y yo no sabía volar.
Tú eras la Tierra y yo no sabía vivir.
Me ahogué en ti, me fui de tu lado y me aparté de ti.
Acabaste siendo un paisaje y yo acabé por tener ceguera.

 Y creo que me sentiría mejor con tus manos alrededor de mi cuello..

domingo, 23 de agosto de 2015

#4

La calle está vacía.
Y es que lástima que mi corazón también.
Y que a mi mano le falte la tuya.
Que no podamos respirar el mismo aire
ni vivir compartiendo un solo corazón.

sábado, 8 de agosto de 2015

#3

Lloraría si no fuera porque te tengo aquí conmigo.


Lástima que sea sólo en forma de ausencia y recuerdo.

Me gustaría

Me gustaría acostarme
en el suelo.
Soñar con la tierra.

Me gustaría soñar
con el cielo.
Acostarme en la cama.

Me gustaría soñar.

Me gustaría acostarme
...
...
...
en tu regazo.

Me gustaría soñar.
Soñar contigo.

martes, 4 de agosto de 2015

Me olvidé de apagarte.

Sentí el más terrible de los horrores dentro de mi cabeza. Para mi desgracia no fue tu ausencia ni el porqué seguía viviendo. No fue algo tan psicológico como eso. Y lo hubiera preferido, pues fue algo tan fisiológico que me daban ganas de meter mi cabeza en un barreño de agua helada. O poner una pistola en mi sien antes de que mi estrés siguiera oprimiendo los nervios de mi sistema. Así que apagué la luz y apagué todo. Me apagué a mí, pero al parecer olvidé apagarte a ti y a tu recuerdo.

Y últimamente por mucho que sufra por otras cuestiones no puedo dejar de torturame por tu ausencia.

Estoy temblando.

Algo así que como la vida sin ti es como el café sin cafeína, la cerveza sin alcohol y los cigarros sin nicotina.

[Ya no sé en qué blog publicar estas cosas. Intento hablar de mí pero siempre acabo hablando de ti]

lunes, 3 de agosto de 2015

#2

Las paredes de mi cuarto me oprimen.


Lástima que no me oprimas tú contra mis labios.

domingo, 2 de agosto de 2015

Escribir para tenerte

Y es que cada mañana
bajo la persiana
- pero dejo la ventana abierta -
para que tu recuerdo no me despierte.

Me gustaría, supongo,
sentarme en la repisa y escribir.
Escribirte.

Y es que quería hacer un poema
de ti y de mí abrazados,
queriéndonos.

Más o menos como solía
imaginarnos cuando te tenía
(detrás de la línea telefónica).

Me gustaría, supongo,
escribirte en mis brazos y abrazarte.
O abrazándote.

Más o menos como solía
hacer cuando te tenía.

Y es que, lo siento,
quería hacer un poema
de esos que fueran nostálgicos.
Pero creo que se me ha ido la nostalgia
de las manos. O del corazón.

Me gustaría, supongo,
escribirte en mis brazos
mientras hago el esfuerzo
de abrazarte con palabras.

Haciendo un pequeño esfuerzo,
pero no tanto como lo es
escribir para tenerte.

Y es que ya no hablamos
de morir a manos de alguien
sino de morir en sus brazos.

Últimamente me conformo con eso último.

domingo, 26 de julio de 2015

#1

El sol se filtra desde mi ventana.

Lástima que no seas tú.

martes, 16 de junio de 2015

No sé nada.

No sé si te quise.
No sé si te he querido. 
No sé si te quiero. 
Pero en el caso
 de que me faltase algo,
 - aunque no sé si me faltas -
ese algo serías tú.

Resulta incómodo
 - y agotador y todo lo que quieras -
describirte como algo.
Perdóname, eso suena muy 
deshumanizado y frío por mi parte.

Pero qué no es frio.
El mundo es frío.
Aunque nada hay tan frío
como mi corazón
- si es que existe eso -
desde que te marchaste.

Mi propósito era hablar de ti
y de la vida en general
y de ti y de mí
y de mis sentimientos en general.
Perdóname, entre tanto amor
- si es que en algún momento amé algo -
se me ha caído la vida a pedazos.

Y diría, supongo, 
que la vida es eso que pasa
mientras sollozas por la pérdida.
Porque no hay nada más oscuro
que la pérdida de alguien 
si aún tienes la oportunidad de recuperarlo
y no puedes.

No sé si te quise.
No sé si te quiero.
No sé si te he querido alguna vez.
Sólo sé que detrás de estos versos
sólo hay algo irreparable y vacío
como tú y yo como un colectivo.

Estoy pensando en qué somos,
entonces, los humanos.
- me incluyo por no sonar más frío
y deshumanizado -
Pero si tuviera que describirnos 
con una palabra
diría "incompletos".

No sé de qué estoy hablando.
No sé nada.

Pero nadie sabe nada.

martes, 26 de mayo de 2015

De vuelta a las andadas.

En la calle todo fluye.
Todo es constante.
Resulta curioso pensar
- y qué no resulta curioso -
que entre tanta constancia
nosotros no fluíamos.

En la calle todo fluye.
Todo es constante.
Resulta curioso pensar
- y aterrador -
que la constancia seguirá
aunque tú no sigas.

Aunque yo no siga.
Aunque nosotros no sigamos.
Pero me enorgullece pensar
que, de alguna manera,
nuestro amor pudo atrapar
esa constancia.

Quería hacer un poema de esos que explicaran el paso del tiempo y de las cosas. Pero entre tantas flores sólo he podido recordarte entre nostalgia.

Las flores. Las flores me han hecho recordar que

Nunca te tuve cerca pero siempre supe
que eras como las flores.
Es muy romántica la idea de coger una
flor sólo porque nos gusta.
Quiero decir, despojarla de su hábitat
y hacerla nuestra.
Y luego verla morir entre tristeza.


Quiero decir,
nunca te vi pero siempre supe que eras
como las flores.
Esa idea es egoísta a la par que bonita.
Lo diré en otras palabras:
Te vi morir entre tristeza y quise morir
entre tristeza contigo.

Nunca te tendré pero siempre sabré que
eres como las flores.

Dolorosas y bonitas a la vez.
Dolorosas por culpa de quien las quiere.
Porque las quiere de una manera entera,
casi enfermiza e incomprensible,
como yo te quise a ti.

domingo, 10 de mayo de 2015

Puede que lleve exagerando(te) toda la vida.


No sé qué me tiene despierto a estas horas horas de la noche. Cuando lo publique será de día, pero bah.

Te quiero a ratos, pero no te odio. Qué coño, ni siquiera sé el significado de querer y odiar. Llevo así tres años, quizá cuatro, he perdido la cuenta. Pero sé que lo más parecido a eso fuiste tú.

Voy a serte sincero: no me creas nunca cuando te escribo. Por ese mismo motivo me agradaría confesarte de que todo lo publicado en este blog - menos lo del silencio - es una absurda exageración. Escribía para que creyeras que de algún modo te quería. A mi modo. A mi modo de no saber quererte. A mi modo de no saber su significado pero de poder darle, le pondría tu nombre.





Perdona.


Eso también es una absurda exageración.




¿Me entiendes? Soy pura fachada. Todo esto es bonito porque no lo estoy pensando. Y por ese mismo motivo, no es verdad. No es que lo irracional sea falso, no quieras darle ningún significado metafórico. No sé si es una virtud saber combinar bien las palabras. En mi caso no lo es, pretendía sincerarme porque llevo una puta media hora haciéndolo en mi cabeza. El problema llega al querer poner al papel todo lo que estabas pensando. Inconscientemente doras la píldora y actúas de embellecedor.





La última frase también es una absurda exageración.



Todo el blog es una absurda exageración. ¿Sabes por qué? Porque ni siquiera sé lo que no es una exageración.


Y todo esto viene porque te volví a cerrar la puerta en las narices y lo más osado es que no me atrevo a considerarlo como un acto de cobardía.

domingo, 18 de enero de 2015

Te cerré la puerta en las narices cuando la abriste.

Sonó el móvil. Dejé sonar la llamada, sospechaba que eras tú. Nadie más me llama. El corazón me dio un vuelco, y dudé en cogerlo. Al final no lo hice. Lo puse en silencio. Te cerré la puerta en las narices cuando la abriste, y luego la abrí yo, al cabo de un rato. Cuando te vi esbocé una sonrisa, pero me sentí en cierta manera culpable. Me dijiste un montón de cosas incoherentes, a decir verdad no te estaba escuchando. No sabía qué hacer, no estaba preparado para eso. Te pregunté el motivo de tu visita. Esbocé una sonrisa, eso tú no lo viste, pero me sentí feliz. Volví a sentirme culpable y te volví a cerrar la puerta en las narices. Me tentaste a cerrarla. Pero creo que me tentaste a cerrarla para que no la cerrara. Y lo hice. Te fallé. Otra vez. ¿Cuántas letras marcan la diferencia entre ''Me fallas'' y ''Me faltas''? Tu ''No sé por qué estoy aquí'' resonó en mi cabeza. Llevo un mes excusándome con la maldita culpabilidad. La verdad es que he estado un par de veces en la puerta de tu casa, dudando en tocar a la puerta. Lo único que logro es amargarme, para al final no abrirte la puerta. Y todo eso porque te cerré la puerta en las narices cuando la abriste, más bien como si no hubiera pasado nada, pero a la vez hubiera pasado todo.