lunes, 28 de abril de 2014

De silencios y de signos de puntuación.

La verdad es que tengo que dejar de abrir ventanas al escuchar hablar de ti. ¿Sabes que ya no soporto las comas? Me están matando. Joder, imagínate los puntos. Me atacan directamente al corazón. Pero sí es cierto que ya hace mucho que no siento el dolor. Es que no entiendo por qué ya ni me duele. Quizá habré echado la persiana. Es algo estúpido abrir la ventana con la persiana echada, ¿eh? Ni siquiera se puede. Pero lo hago. No preguntes cómo. El amor te vuelve algo estúpido. Me duele más no poder ver nada a través de la ventana que otra cosa. Mi habitación sigue oscura y ya no puedo más. Tengo que abrir la luz, pero no hay corriente. Creo que el mundo se está a punto de acabar. En la calle están gritando tan fuerte que solo oigo el silencio. Ni siquiera me oigo a mí misma. Bah, me importa poco lo que (me) pase. Supongo que sólo falta que llegue el final.




Epílogo

Dije que yo sería tu silencio tras la coma. Es decir, dije coma pensando que te tendría. Porque sabía que aunque no estabas, estabas. Ahora ya ni sé qué eres. Supongo que un punto. Una vez te dije que eras mi mundo, y te traté como tal, pero se ve que no sé cómo tratar al mundo. A mi mundo, que es lo peor de todo.