domingo, 29 de junio de 2014

Pura matemática.

Lo he pensado muchas veces, el hecho de que no pudiéramos hablar me apasionaba de sobremanera. Quizá porque no eran circunstancias normales y me gustaba ver como no te rendías nunca. Quizá porque no éramos normales. Quizá porque no somos normales. Pero puedo asegurar que eres lo único que me ha hecho feliz en mucho tiempo. No hablo de sentirme querida. Joder, ¡que éramos pura matemática! No éramos normales y no eran circunstancias normales, por eso menos y menos daba más. Más momentos de los que alegrarse de los pocos que ya habían. Y, me cago en la puta, el amor hace feliz. El menos se entiende con el menos y se ayudan a sentirse más. El más se entiende con el más, pero acaban siendo menos. ¿Me entiendes? La depresión no se contagia, o no al menos en unas circunstancias tan bruscas. Acabó. También acabamos, acabaste y acabé, mal. Acabó todo en nada. También acabamos con nuestra felicidad, acabaste sin mí y acabé con tu integridad familiar.
El amor hace daño, y normalmente es siempre. Pero el dolor es romántico, ¿no? Por esa misma razón formábamos un cuadro hermoso que se reparaba solo.

sábado, 21 de junio de 2014

Los silencios hablan solos.

Llevo idealizándote tiempo.  No de una manera plena, pero sí idealizando los sentimientos que siento hacia tu persona. Diría que las emociones, no sé especificar. Ni sé por qué cojones lo hago. Y a lo mejor todo - y con todo me refiero a tú y yo, porque cuando formábamos un conjunto nada importaba - te sabrá seco. Seco porque estas cosas son saladas y ni sé cómo yo podría aguantar tanta sequedad. Tú eras mi agua, y ahora que lo pienso, tu silencio hablaba conmigo.
No te preguntes por qué ahora un intento de sinceridad, de arreglar las cosas que se quedaron a medias. Como la luna, que raramente es plena. Quiero decir que cuando recibas esta carta ya será tarde. Es decir, llorarás, claro que llorarás. Y yo estoy llorando ahora. Entiendes lo que quiero decir, ¿Azeta? Cuando recibas esta carta será tarde. Y lloraremos, quizá no al mismo tiempo, pero con la sensación de que formábamos un cuadro bonito. Y lo formamos. Pero es triste que el marco esté hecho pedazos, y la pintura, impregnada de negro. Lloraremos con la sensación de seguir formando algo, pero sin formarlo. Lloraremos en silencio, tal cual como se observan las obras tristes.


Los silencios hablan solos, pero yo no,

porque era el tuyo.



lunes, 16 de junio de 2014

Adiós, pero conmigo.

Prometí no escribirte más, dejarlo. Pero ya ves. Aquí estoy otra vez, como el que se lame las heridas para que no le duelan.  ¿¡Que no entiendes que cuantas más ventanas abras más ganas tendré de abrir puertas!? Ciérralo todo, joder. Qué más da. Si voy a perder la cordura de todas formas. Que eres la única cosa que me duele a largo plazo. Y lo he intentado, joder. Las heridas ya no son lo mismo. Me arrepiento de haber tenido razón al haberte llamado droga. Me vas a doler siempre. Y me encanta que me duelas, es una manera de llevar la soledad, ¿sabes? A veces creo que estás aquí. Sé que es una tremenda estupidez, pero pienso que estás. Hasta que pasa un largo tiempo y me doy cuenta de que no, que estoy hablando(te) sola. Y eso también se está convirtiendo en una droga, como el escribirte y cualquier cosa que tenga que ver contigo. Cualquier cosa, menos decirte adiós sin antes desear un "adiós, pero conmigo".

lunes, 2 de junio de 2014

Me defino por lo que me falta.

Ambas éramos dos piezas. Sí, como las de los puzzles. Pero formábamos un gran puzzle juntas. Tú eras la pieza que encajabas con todo, la "Universal" que todo el mundo buscaba. Yo tan sólo era ÉSA pieza que a veces se extraviaba por ser del montón, que la única función que hacía era la de enmarcar la belleza y que necesitaba a otra que le complementase para llegar a ser - o sentirse - algo. Y no te ofendas, pero una pieza Universal tiene un amplio catálogo a elegir, yo estaba obligada a elegirte a ti. Al final lo acabamos pagando las dos, más tú que yo. Es decir, claro, cómo se te ocurre elegir a una pieza que sólo hace de marco. No tenía nada especial en ese momento. Y ahora no tengo nada, pero me defino por lo que me falta: tú.
Seguiré esperando a que alguien esté dispuesto a enmarcar los silencios.

Delirios.

Ya no me dueles y en las calles sólo veo lluvia. Son conceptos diferentes y fuera de contexto si no los enlazas, como tú y yo.

En las calles sólo hay lluvia,
o seré yo.
Sólo sé que ya no me dueles
y que eso vendría siendo igual
a dolerme todo.