martes, 23 de octubre de 2018

He guardado mi tristeza en una caja

He guardado mi tristeza
en una caja
(en la misma caja donde guardaba
los recuerdos).
La he cerrado bien
para que no se escape nada,
le he añadido mi corazón,
también,
para que se quede dentro.

No,
no seré yo
el que pida el café para poder recordarte:
No,
no seré yo
el que el camarero reconozca asombrado:
No,
no seré yo
la persona a la cual se le parta el alma
al estropearse la máquina

porque

he guardado tu recuerdo
en esa caja
pero mis errores
los he dejado fuera.

Supongo que no serás
esa persona que pare la silla,
- ya lo sospechaba -
que detenga la agonía,
que calme las olas,
que haga que no desaparezca nunca
la arena,
la melancolía.

He mentido al decir que he metido mi corazón en ella.
Espero que me disculpes.

Por lo menos ya puedo dejar de ser ventana
y dejar de empañarme.