domingo, 23 de agosto de 2015

#4

La calle está vacía.
Y es que lástima que mi corazón también.
Y que a mi mano le falte la tuya.
Que no podamos respirar el mismo aire
ni vivir compartiendo un solo corazón.

sábado, 8 de agosto de 2015

#3

Lloraría si no fuera porque te tengo aquí conmigo.


Lástima que sea sólo en forma de ausencia y recuerdo.

Me gustaría

Me gustaría acostarme
en el suelo.
Soñar con la tierra.

Me gustaría soñar
con el cielo.
Acostarme en la cama.

Me gustaría soñar.

Me gustaría acostarme
...
...
...
en tu regazo.

Me gustaría soñar.
Soñar contigo.

martes, 4 de agosto de 2015

Me olvidé de apagarte.

Sentí el más terrible de los horrores dentro de mi cabeza. Para mi desgracia no fue tu ausencia ni el porqué seguía viviendo. No fue algo tan psicológico como eso. Y lo hubiera preferido, pues fue algo tan fisiológico que me daban ganas de meter mi cabeza en un barreño de agua helada. O poner una pistola en mi sien antes de que mi estrés siguiera oprimiendo los nervios de mi sistema. Así que apagué la luz y apagué todo. Me apagué a mí, pero al parecer olvidé apagarte a ti y a tu recuerdo.

Y últimamente por mucho que sufra por otras cuestiones no puedo dejar de torturame por tu ausencia.

Estoy temblando.

Algo así que como la vida sin ti es como el café sin cafeína, la cerveza sin alcohol y los cigarros sin nicotina.

[Ya no sé en qué blog publicar estas cosas. Intento hablar de mí pero siempre acabo hablando de ti]

lunes, 3 de agosto de 2015

#2

Las paredes de mi cuarto me oprimen.


Lástima que no me oprimas tú contra mis labios.

domingo, 2 de agosto de 2015

Escribir para tenerte

Y es que cada mañana
bajo la persiana
- pero dejo la ventana abierta -
para que tu recuerdo no me despierte.

Me gustaría, supongo,
sentarme en la repisa y escribir.
Escribirte.

Y es que quería hacer un poema
de ti y de mí abrazados,
queriéndonos.

Más o menos como solía
imaginarnos cuando te tenía
(detrás de la línea telefónica).

Me gustaría, supongo,
escribirte en mis brazos y abrazarte.
O abrazándote.

Más o menos como solía
hacer cuando te tenía.

Y es que, lo siento,
quería hacer un poema
de esos que fueran nostálgicos.
Pero creo que se me ha ido la nostalgia
de las manos. O del corazón.

Me gustaría, supongo,
escribirte en mis brazos
mientras hago el esfuerzo
de abrazarte con palabras.

Haciendo un pequeño esfuerzo,
pero no tanto como lo es
escribir para tenerte.

Y es que ya no hablamos
de morir a manos de alguien
sino de morir en sus brazos.

Últimamente me conformo con eso último.