Quiero sentir el frío
directamente en mis mejillas.
Quiero estremecerme
y que la naturaleza me abrace.
Quiero que venga una ola
y me lleve lejos,
me empape,
me maltrate,
me ahogue,
y me haga salir a flote.
Quiero que el café amargo
siga amargo
y que el té
me espere frío
y que la melodía
siga sonando hasta en mi entierro
(si es que tengo entierro)
Quiero que las raíces que he echado
me engullan,
por traidor,
por indigno,
por ingrato.
Quiero que de alguna manera
me esperes en la ventana
con paciencia,
en la repisa,
con Neruda en la mano,
con el corazón en brazos.
Quiero que el universo se siente contigo
y se fusione con la luna.
Porque ya estoy en el agua.
Y es que algún día
volveré a por ti.