El tiempo se detuvo en tu sonrisa.
Y ni violetas, ni rosas ni margaritas.
Flores, en general, es lo que provocas.
No me asombra llegar a la conclusión de que das la vida a todo lo que tocas (y a lo que no tocas).
Que me das la vida
aún cuando me la quitas.
Porque ya no quiero ver flores
en otro lugar.
Tú eres ese otro lugar.
Ese otro lugar es tu sonrisa,
tu pelo,
tu mejilla.
Ese otro lugar es la puesta de sol
más exclusiva de todas.